miércoles, 3 de abril de 2013

Conclusiones



Conclusiones
En cuanto a comportamiento demográfico se puede hablar de dos tipos de dinámicas: la dinámica tradicional y la dinámica moderna. En la primera se suelen dar altos niveles de mortalidad y fecundidad con frecuentes crisis demográficas y una baja esperanza de vida, como consecuencia de esta dinámica estas poblaciones apenas crecían. En cuanto a la segunda, se caracteriza por mostrar unos niveles de mortalidad y fecundidad muchos más moderados, con una atenuación y posterior desaparición de las crisis demográficas.
El grafico Conclusiones 1 nos muestra la evolución de los bautizos y enterramientos por 1.000 habitantes entre 1.801 y 1.910 en l’Alcora.
Gráfico Conclusiones 1. Bautizos y enterramientos por %o habitantes en l’Alcora (medias quinquenales)
En el caso de l’Alcora se puede observar durante todo el siglo XIX, una tendencia hacia lo que denominamos dinámica demográfica moderna, a pesar de los episodios de crisis producidos sobre todo a causa de las epidemias, a partir de mitad de siglo la diferencia en términos relativos entre defunciones y nacimientos tiende a agrandarse aunque las crisis con aumentos considerables de las defunciones minimizan la dinámica, a partir de la fuerte crisis de 1.885 causada por una epidemia de cólera se inicia una clara transición hacia la dinámica demográfica moderna.
A pesar de las fuertes oscilaciones producidas en el periodo estudiado, se produce un saldo natural positivo de 5.051 persona, lo que de no existir un fuerte movimiento migratorio hubiera supuesto un crecimiento de la población de un 120%, habiendo sido este solo un 16 %.
En cuanto a las causas que propiciaron el fuerte movimiento migratorio, se puede afirmar que la más importante fue la decadencia de la R.F., en 1.800 la población absoluta de l’Alcora estaba sobre los 4.200 habitantes, según lo expuesto en el capítulo sobre la R.F., dependería de ella un 30% de la población, en 1.910 la población era de 4.880 habitantes de los que no debían de depender de la R.F. mas del 10 %.
En cuanto la agricultura, en 1.800 la totalidad del suelo de calidad estaba ya roturado, hay constancia de incorporación de nuevo suelo cultivable incluso en los primeros años del siglo XX, pero se trataba de suelo marginal en las laderas de las montañas, roturado sobre todo para la plantación de algarrobos, a pesar de la imposibilidad de un crecimiento sustancial de la agricultura y teniendo en cuenta lo comentado sobre la R.F., la población dependiente de la agricultura se incremento.
Otro hecho a tener en cuenta es que en 1.910 l’Alcora no había llegado todavía a su mas bajo nivel de población, en los censos 1.920, 1.930 y 1.940 (este con 3.762 habitantes, sin duda influido por la guerra), la población desminuye con respecto al censo anterior, esto ocurre cuando ya empiezan a funcionar algunas fabricas de azulejo, confirmando la precariedad en que se encontraba la población al aumentar su dependencia de la agricultura.
Otra conclusión es que la dinámica poblacional en l’Alcora se encuentra inmersa en la corriente migratoria general que a partir de la segunda mitad del siglo XIX hasta los años 80 del siglo XX, se produjo desde el entorno rural interior, a las ciudades de la periferia, y núcleos industriales de España, e incluso al extranjero. Se mantiene dentro de esta dinámica hasta los años 60 del siglo XX, cuando la fuerte expansión de la industria cerámica cambia de signo su flujo migratorio pasando l’Alcora de ser un pueblo emisor de emigrantes a ser un pueblo receptor de emigración.

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