Conclusiones
En cuanto a
comportamiento demográfico se puede hablar de dos tipos de dinámicas: la
dinámica tradicional y la dinámica moderna. En la primera se suelen dar altos
niveles de mortalidad y fecundidad con frecuentes crisis demográficas y una
baja esperanza de vida, como consecuencia de esta dinámica estas poblaciones
apenas crecían. En cuanto a la segunda, se caracteriza por mostrar unos niveles
de mortalidad y fecundidad muchos más moderados, con una atenuación y posterior
desaparición de las crisis demográficas.
El grafico
Conclusiones 1 nos muestra la evolución de los bautizos y enterramientos por
1.000 habitantes entre 1.801 y 1.910 en l’Alcora.
Gráfico
Conclusiones 1. Bautizos y enterramientos por %o habitantes en l’Alcora (medias
quinquenales)
En el caso de
l’Alcora se puede observar durante todo el siglo XIX, una tendencia hacia lo
que denominamos dinámica demográfica moderna, a pesar de los episodios de
crisis producidos sobre todo a causa de las epidemias, a partir de mitad de
siglo la diferencia en términos relativos entre defunciones y nacimientos
tiende a agrandarse aunque las crisis con aumentos considerables de las
defunciones minimizan la dinámica, a partir de la fuerte crisis de 1.885
causada por una epidemia de cólera se inicia una clara transición hacia la
dinámica demográfica moderna.
A pesar de las
fuertes oscilaciones producidas en el periodo estudiado, se produce un saldo
natural positivo de 5.051 persona, lo que de no existir un fuerte movimiento
migratorio hubiera supuesto un crecimiento de la población de un 120%, habiendo
sido este solo un 16 %.
En cuanto a las
causas que propiciaron el fuerte movimiento migratorio, se puede afirmar que la
más importante fue la decadencia de la
R.F., en 1.800 la población absoluta de l’Alcora estaba sobre
los 4.200 habitantes, según lo expuesto en el capítulo sobre la R.F., dependería de ella un
30% de la población, en 1.910 la población era de 4.880 habitantes de los que
no debían de depender de la R.F.
mas del 10 %.
En cuanto la
agricultura, en 1.800 la totalidad del suelo de calidad estaba ya roturado, hay
constancia de incorporación de nuevo suelo cultivable incluso en los primeros
años del siglo XX, pero se trataba de suelo marginal en las laderas de las
montañas, roturado sobre todo para la plantación de algarrobos, a pesar de la
imposibilidad de un crecimiento sustancial de la agricultura y teniendo en
cuenta lo comentado sobre la R.F.,
la población dependiente de la agricultura se incremento.
Otro hecho a tener
en cuenta es que en 1.910 l’Alcora no había llegado todavía a su mas bajo nivel
de población, en los censos 1.920, 1.930 y 1.940 (este con 3.762 habitantes,
sin duda influido por la guerra), la población desminuye con respecto al censo
anterior, esto ocurre cuando ya empiezan a funcionar algunas fabricas de
azulejo, confirmando la precariedad en que se encontraba la población al
aumentar su dependencia de la agricultura.
Otra conclusión es
que la dinámica poblacional en l’Alcora se encuentra inmersa en la corriente
migratoria general que a partir de la segunda mitad del siglo XIX hasta los
años 80 del siglo XX, se produjo desde el entorno rural interior, a las
ciudades de la periferia, y núcleos industriales de España, e incluso al
extranjero. Se mantiene dentro de esta dinámica hasta los años 60 del siglo XX,
cuando la fuerte expansión de la industria cerámica cambia de signo su flujo
migratorio pasando l’Alcora de ser un pueblo emisor de emigrantes a ser un
pueblo receptor de emigración.
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