Capítulo 5 La evolución de la Real Fábrica
La situación
durante el periodo estudiado, de la Real Fábrica de Loza y Porcelana de Alcora, paso
por periodos de una fuerte actividad a otros en que casi dejo de funcionar,
dentro de una tendencia continuada a su declive total. Este fue el hecho de más
relevancia en la evolución de la
población. En este capítulo se estudia la evolución de R.F. y su incidencia en
la población de l'Alcora.
Al estudiar la
historia de la R.F.,
hay que considerar la abundante información documental existente entre la
épocas en que la R.F
perteneció al Conde de Aranda o al Duque de Híjar , y la casi inexistente a
partir de 1851 fecha en que fue arrendada a los hermanos Girona.
Cavanilles en su
“Observaciones sobre la historia natural, del reyno de Valencia” [5] comenta
sobre la R.F “Docientos años hace contaba esta villa 300
vecinos; adelanto muy poco hasta 1718, y entonces empezó a notarse el aumento
que ha continuado siempre, hasta formar hoy 1.200 vecinos. Aunque la
agricultura ha hecho progresos conocidos, no es ella la verdadera causa del
aumento y riqueza de la Alcora;
fábricas de loza y porcelana le han dado nueva vida, han multiplicado el
numerario, y mantienen una porción crecida del pueblo. Mas de 300 hombres se
emplean en labores y en preparar leña y como unos 60 se mantienen traginando y
vendiendo obra por España”.
Ximo Todoli [16]
estima para el año 1.800 según el inventario de ese año la cantidad de 200 empleados, y considera que se había
producido un descenso sobre los años precedentes, también comenta la falta de
datos existentes durante el primer cuarto del siglo.
Pascual Madoz [10],
recogiendo los datos de empleo en 1845, escribe (los operarios son 7 maestros,
136 oficiales, 55, aprendices, y 195 jornaleros) y (multitud de arrieros van a
extraerlos de los almacenes y los esportan
a todas las provincias del interior, a la América en grandes remesas
y aun al estrangero ). También reseña la cifra de 300 jornaleros para la
recolección de leña.
Tanto las cifras de
Cavanilles [5] y Madoz [10] han de considerarse con cautela, sobre todo las que
da Madoz, [10] este confeccionó su obra basándose en la información
suministrada por corresponsales en todo el territorio nacional, es probable que
estos exageraran lo que consideraban un gran activo de su tierra, la cifra de
300 jornaleros para la preparación de
leña es improbable, es posible que estos jornaleros realizarán algún
jornal esporádico en la preparación de leña, siendo su ,mayor fuente de
recursos la agricultura.
Por otra parte
partiendo de la cifra de 200 operarios en 1.800, es improbable siguiendo el
razonamiento de Ximo Tolodí [16] que en 1.842 la cifra de empleados se situara
en los 400 que reseña Madoz, [10] algo si que debió de aumentar, pues a pesar
de la difícil situación general en el país durante las primera cuatro décadas
del siglo XIX, y la fuerte incidencia de la I Guerra carlista en l'Alcora, la población se
incrementó en 900 habitantes entre 1.800 y 1.842.
Debido a las
dificultades de comercialización que se produjo por la situación de crisis
generalizada en que se encontraba España en las primeras décadas del siglo, la
perdida de casi la totalidad de las colonias americanas, y el cierre de las
“factorías” que comercializaban la loza
directamente, se incrementó la cantidad de traficantes (arrieros) que vendían
la loza directamente a parte de trasportarla, se sabe que parte de la loza que
comercializaban la obtenían de los empleados de la fábrica que cobraban parte
de sus salarios con “obra”, (según se desprende del modelo de hoja de
liquidación y cuenta de los empleados de la fabrica, recogida por Escriva de
Romaní en “Historia de la cerámica de Alcora”[7]. Esta práctica era habitual a
pesar la prohibición expresa en las Ordenanzas de 1.825.
Los 200 o 250
empleados directos en la fábrica generaba una considerable cantidad de empleo a
su servicio, por una parte el personal directivo y los maestros artesanos, con
unos ingresos importantes, disponían de criados y sobre todo de personal
femenino al servicio de sus casas, a parte el personal de la fabrica consumía
una importante cantidad de productos producidos por los agricultores locales,
los empleado obtenían unos ingresos regulares generando una importante
actividad comercial.
De los 5.109
habitantes reseñados por Madoz [10] en 1.842, mas de una tercera parte dependía
directa o indirectamente de la fábrica, la cantidad absoluta de empleados se
debió de incrementar al menos proporcionalmente al aumento de población, sobre
todo al mejorar la situación general al termino de la I Guerra Carlista.
En cuanto a la
evolución técnica de la R.F.,
según Ximo Todolí [16], tenemos constancia de la introducción de la estampación
en 1.819 una de las técnicas de decoración cerámica más novedosa y
revolucionarias de la época, se siguió produciendo una gran cantidad de piezas
con “tierra de pipa” y se continuaron
los esfuerzos para conseguir la porcelana.
En 1.827, según
reseña Escriva de Romaní, [7] la
R. F. del XII duque de Híjar obtuvo la medalla de oro en la
exposición de industria española concedida por la calidad de su producción. A
partir de esta fecha, la calidad se deterioró significativamente, el
administrador del duque en Valencia, Pablo de Aguilera, en 1.843, requerido por
el duque, hizo responsable de los desperfectos detectados en sus talleres al
director saliente Escura, [7] aunque el
deterioro de la calidad se debía a la
precaria situación que había atravesado la localidad, durante la I Guerra Carlista.
En 1.842 según
Escrivá de Romani [7] D. Pablo de Aguilera, se puso en contacto con D. Ramón y
D. Matías Girona para arrendarles la
R.F., lo que no se llevo a efecto hasta el año 1.851, durante
los años que median desde el inicio de contactos y el arrendamiento, la
documentación existente da constancia de un deterioro general en la misma,
tanto en el plano artístico como técnico y comercial.
Tras el arriendo,
las relaciones entre los hermanos Girona pasaron por una situación de
enfrentamiento, el 12-07-1.853 Matías Girona, según consta en una escritura de
afianzamiento realizada ante el notario de Alcora Francisco Salvia, demanda a
su hermano Ramón por una deuda de 6.000 reales, teniéndole que afianzar Vicente
Garcés (Maestro de loza fina), para evitar que fuera embargada la R.F., con fecha 29-08-1.853
consta un convenio de partes, en la que se llega a un acuerdo entre los dos
hermanos sobre la comercialización y funcionamiento de la R.F., quedando a cuenta de
Matías la comercialización y de Ramón el funcionamiento de la fábrica.
Los Girona, en esta
época fueron capaces de comercializar directamente toda la producción de la
fábrica, pues aun arrendaron la producción de otra fábrica existente en
l'Alcora, propiedad de Pedro Juan Pallarés.
La capacidad para
comercializar la loza por parte de los hermanos Girona, acabó con las ventas a
través de arrieros y los pagos a los trabajadores con obra, esto que para la
economía de la R.F.
fue beneficioso, representó la ruina de los arrieros, en los protocolos
notariales estudiados se observa que
están pasando dificultades, pues venden mas que compran, siendo los primeros
demandantes de crédito a través de las “ventas a carta de gracia”.
En la ruina de los
arrieros, también fue relevante el desarrollo del ferrocarril, que empezó a
funcionar de forma más o menos regular a mediados de siglo, así como la
construcción de carreteras que permitían el transporte de la loza con
carros.
En cuanto a la
evolución técnica la época de los Girona, según el estudio de los “testars”
(depósitos donde se tiraba la cerámica rota en el proceso de fabricación),
realizado por Teresa Artero Gonell, [1] fue evolucionando hacia procesos más
automáticos, dando preferencia a la estampación, empleando planchas
calco-gráficas comunes a otras factorías, con el fin de conseguir un producto
más asequible, aunque con buen aspecto y de calidad.
En cuanto a la
calidad de las pastas según Escrivá de Romaní,[7] sufrieron un gran deterioro,
“las piezas se moldeaban en un barro
amarillento y más claro que aquel tono amarillo oscuro que aparece en los
desconchados de algunas de las piezas de los buenos tiempos”, se abandonó
la fabricación en “tierra de pipa” y la experimentación sobre porcelana.
Esta nueva
situación, significó un cambio substancial en la estructura del personal de la
fábrica, donde los maestros, así como aprendices y oficiales perdieron
importancia, bajando el estatus del personal empleado, así como su número.
En 1.858 la R.F. pasa a ser propiedad de
los hermanos Girona, según Escrivá de Romaní [7] “que llenos de buenos deseos quieren e intentan hacer renacer aquella
industria,” Escrivá de Romaní [7] señala que la principal dificultad que
encontraron los Girona, “fue un largo y
costoso pleito que con la
Beneficencia valenciana sostuvieron, a causa de un censo
benéfico que fundo la Casa
de Aranda”.
El deterioro
general en la fábrica y de la calidad de sus productos fue constante, a esto no
debió ser ajena la resistencia de sus empleados a adaptarse a las exigencias de
los nuevos planteamientos comerciales e industriales que intentaron implantar
los Girona. La conversión de la antigua manufactura en una moderna fábrica fue imposible.
Dentro de las
causas del deterioro sufrido por la
RF. a partir de la adquisición por los Girona, fue
determinante la situación general de España en la época, con una crisis
económica y financiera en 1.866, el destronamiento de Isabel II en 1.868, y los
avatares del sexenio revolucionario, con la III
Guerra Carlista. Hay que tener en cuenta que durante
la guerra, l'Alcora estuvo el mayor tiempo ocupada por las fracciones
carlistas, con importantes acciones en sus inmediaciones, esto imposibilitó
mantener la fábrica en funcionamiento normal durante los años comprendidos
entre 1.871 y 1.874.
Con posterioridad
sabemos que la fábrica pasa a ser propiedad de Daniel Girona probablemente hijo
de Ramón Girona, la evolución de la
R.F., estaba avocada a la ruina total, hasta que “D, Cristóbal Aicar se apropio de la R.F., después de un largo
proceso judicial” según relata Eladi Grangel [8].
Escriva de Romaní
[7] termina la referencia al periodo de los Girona con el siguiente párrafo “Emigraron también los Girona, a quienes
desgracias de familia perturbaron, sucediéndoles en 1895 D. Cristóbal Aicart.”
La familia Aicart
intento hacer rentable la R.F.,
se imprimó un catalogo en 1910, pero los niveles de empleo de mediados de siglo
no se volvieron a alcanzar.
A finales de siglo
la población que dependía de la
R.F., que a mediados de siglo alcanzaba a un tercio de la
población paso a ser insignificante, la mayor disminución se produjo entre los
años 1860 a
1875, coincidiendo con el Sexenio Revolucionario y la III Guerra Carlista,
periodo que coincidió con el mayor
fuerte descenso de población.
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